lunes, 6 de enero de 2014

De la incultura a la cultura. ¿O viceversa?

Quisiera empezar mi primer posteo planteándome el título del mismo, un interés que me surgió luego de ver un vídeo en el que a  S.S. Francisco se  le planteo el tema del conflicto por el agua, que será tema de agenda para todos nosotros en un futuro próximo.
Un vistazo a la historia, nos hace ver y pensar las enormes capacidades que tiene el hombre para crear, construir, innovar, pasar de la incultura a la cultura a través de la ciencia, el arte, el trabajo en sí. Pero también ha mostrado su peor cara, la destrucción total, el deseo mezquino de apropiarse del conocimiento para su interés personal. Cuando el hombre decide apropiarse de la cultura, indudablemente volvemos a pasar a la incultura y tenemos los resultados que vemos a diario en nuestras vidas: manipulaciones, explotación de personas, contaminación del ambiente. Y es aún más lamentable ver como desde los altos mandos de los gobiernos
nacionales se hacen cómplices de tales situaciones. Y más vergonzoso cuando buscan justificarse o mirar a otro lado.
 Presenciamos constantemente el desinterés colectivo de muchos de nosotros de que muchas situaciones no cambien. Simplemente pareciera (y más aún, creo que es evidente) que no nos importara casi nada, vivimos la vida que creemos que nos toca, y que el resto se las arregle como pueda. Yo vivo hoy, para hoy. ¿Y mañana? Mañana veremos, que venga lo que tenga que venir. Gente que no está predispuesta a intentar un cambio, no hablo de hacerlo, no hablo de revolución radical. Hablo de  un cambio para el beneficio de todos. Intentarlo.
¿Seguiremos viviendo en el mundo que creemos construir, cuando se destruye más y más? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar para el beneficio colectivo? ¿O seguiremos construyendo sobre una torre de cartas?

No nos damos cuenta del daño, el sufrimiento, el dolor y la tragedia, hasta que nos toca.